15 abr 2012

Despertar con una canción

Subir la persiana y ver como entra el sol, o quizás un día de lluvia en el que no hay que poner la televisión, aunque prefiero los días de sol. Con brisa. Silencio y una canción. Andar descalza por el pasillo, yogur con colacao y cerezas para desayunar y también para merendar. Tener un rato de tranquilidad donde el tiempo no cuente, solo la brisa que mueve las cortinas y el sol que se cuela cual intruso en el salón. Brochas de pincel en un vaso de agua ya colorida tras la disolución del tinte de aquel momento de inspiración.
Para mí esto es síntoma de un buen día.


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